Introducción
Nuestro país lleva incito un motor, enorme, activo y silencioso, conocido y reconocido por muchos y que, aun así, algunos representantes de ciertos sectores siguen negando que es la actividad productiva que ocurre tranqueras adentro, en la inmensidad de una industria a cielo abierto del campo y que ha posibilitado el desarrollo de nuestro país, principalmente en las ultimas décadas.
En ese marco de desarrollo, hay que destacar que la tecnología ha atravesado todos los aspectos de nuestras vidas, siendo parte de nuestros días, realidades cambiantes y la actividad agropecuaria no podía quedar fuera de esos cambios. Así, esta industria, poco a poco ha incorporado tecnologías de variada índole que procura la mejora del rendimiento, cuidando al ambiente, de los recursos y el crecimiento cuali y cuantitativo de la producción local.
La evolución de la tecnología ha permitido la revolución en el agro. Es una realidad en verbo presente y no ya del futuro. Quien no lo comprenda así, quedará indefectiblemente en el pasado.
La vasta extensión de la actividad agropecuaria en nuestro país, tradicionalmente sinónimo de la inmensidad de los campos y el trabajo arduo de generaciones de agricultores, está experimentando una transformación silenciosa pero muy profunda e incuestionable.
Épocas de cambios donde ya no se depende solo de la intuición, mirar al cielo y el saber heredado de generaciones en generaciones, sino que, los productores agropecuarios en la actualidad recurren cada vez más a la tecnología para producir más y mejor.
La llegada de la denominada agricultura de precisión, la automatización y la conectividad digital ha redefinido por completo la forma en que se llevan a cabo las labores agrícolas en el país.
De este tema mucho se habla, escuchamos términos desconocidos o extraños como “agtech”, “IOT” o “blockchain” pero quizás poco se difunde de manera general, no solo las diversas vertientes tecnológicas sino la importancia y mejoras que trae aparejada su incorporación en el día a día en el campo.
En este contexto, es fundamental comprender cómo estas nuevas tecnologías están impactando el sector agrícola argentino, desde la gestión de cultivos hasta la comercialización de productos y gestión de la nueva empresa agropecuaria.
Es relevante advertir estos cambios y que el sendero del progreso nos conduce hacia una agricultura más inteligente, amigable con el ambiente, eficiente y sostenible.
El uso de tecnologías en el ámbito agrícola ha experimentado un crecimiento exponencial en las últimas décadas, transformando radicalmente la forma en que se cultivan los alimentos y se gestionan los recursos naturales. En nuestro país este cambio ha sido especialmente significativo en los últimos años, convirtiéndose en una beneficiosa realidad.
Contar con información, saberes, formación y conocimientos técnicos sobre nuevas tecnologías aplicadas al agro en Argentina permite sin lugar a dudas, mejorar la eficiencia y productividad en la producción agrícola, optimizando el uso de recursos, reduciendo costos y maximizando los rendimientos, permitiendo la eficiencia plena.
Innovación tecnológica en el agro
La innovación tecnológica en el sector agrícola argentino ha sido fundamental para aumentar la eficiencia, la productividad y la sostenibilidad.
Para un correlato comparativo, la siembra directa podría haber sido considerada una nueva tecnología en Argentina en su momento de aparición. Aunque su origen se remonta a las décadas de 1960 y 1970, no fue ampliamente adoptada hasta fines del siglo XX. La siembra directa representó un cambio significativo en las prácticas agrícolas tradicionales, su introducción marcó un hito importante en la modernización y la adopción de tecnología en el sector agrícola argentino.
Los productos fitosanitarios, aunque han existido durante décadas, han experimentado avances significativos en términos de formulación, eficacia y aplicación en el sector agrícola. En este sentido, los nuevos desarrollos en productos fitosanitarios, como herbicidas, fungicidas y pesticidas, así como en métodos de aplicación más precisos y seguros en el marco de buenas prácticas agropecuarias, pueden considerarse también como nuevas tecnologías aplicadas al agro. Estas innovaciones están diseñadas para mejorar la protección de los cultivos contra plagas y enfermedades, al tiempo que reducen el impacto ambiental y optimizan la producción agrícola. Por lo tanto, en el contexto de su continua evolución y adopción, los fitosanitarios pueden ser considerados como una tecnología en constante desarrollo dentro del sector agrícola.
Las semillas agrícolas no son nuevas tecnologías en sí mismas, ya que el cultivo de plantas a partir de semillas es una práctica ancestral. Sin embargo, los avances en biotecnología han permitido el desarrollo de semillas mejoradas genéticamente, lo que ha dado lugar a lo que comúnmente se conoce como semillas biotecnológicas. Estas semillas han sido diseñadas para ofrecer características específicas, como resistencia a plagas o herbicidas, mayor tolerancia a condiciones adversas o mejor calidad nutricional. En este sentido, si consideramos las semillas mejoradas genéticamente y los métodos asociados para su desarrollo y producción, podríamos argumentar que sí representan una forma de nueva tecnología aplicada al agro. Estas semillas han transformado la forma en que se cultivan ciertos cultivos y han tenido un impacto significativo en la productividad y la sostenibilidad en la agricultura moderna
La introducción de maquinaria agrícola de última generación, sistemas de riego inteligente, drones para monitoreo de cultivos, y el uso de sensores y dispositivos IoT (Internet de las cosas) han revolucionado la forma en que se llevan a cabo las labores agrícolas.
Las tecnologías más utilizadas en el agro en la actualidad incluyen:
1. Agricultura de precisión: Utilización de sistemas de información geográfica (SIG), GPS y teledetección para optimizar el uso de insumos y mejorar la gestión de cultivos.
3. Sensores y dispositivos IoT: Utilización de sensores para monitorear variables clave como humedad del suelo, temperatura y calidad del aire, así como dispositivos IoT para la automatización de tareas agrícolas.
4. Drones y satélites: Utilización de drones y satélites para el monitoreo de cultivos, detección de enfermedades, evaluación de la salud de los cultivos y mapeo de terrenos.
5. Biotecnología y mejoramiento genético: Utilización de técnicas de biotecnología y mejoramiento genético para desarrollar cultivos resistentes a enfermedades, plagas y condiciones climáticas adversas.
6. Sistemas de riego inteligente: Utilización de sistemas de riego automatizado y controlado por sensores para optimizar el uso del agua y mejorar la eficiencia de riego.
7. Plataformas digitales y software agrícola: Utilización de plataformas digitales y software especializado para la gestión de cultivos, planificación de siembras, registro de datos y análisis de información agronómica.
Estas tecnologías están transformando la forma en que se llevan a cabo las labores agrícolas, aumentando la eficiencia, la productividad y la sostenibilidad del sector.
Impacto en la productividad y competitividad
El uso de tecnologías en el agro argentino ha contribuido significativamente a aumentar la productividad y la competitividad del sector. La adopción de prácticas de agricultura de precisión, basadas en datos y análisis, ha permitido optimizar el uso de insumos, reducir costos y maximizar los rendimientos. Esto ha posicionado a Argentina como uno de los principales exportadores mundiales de productos agrícolas.
La utilización de diversas tecnologías aumenta considerablemente en el uso de recursos, en posibilitar la mejora continua en el desarrollo de la empresa agropecuaria pudiendo dosificar los insumos de un modo inteligente que posibilite la eficiencia.
La mayor y mejor producción repercute en la competitividad y en la gestión. Las tecnologías aplicadas al agro están disponibles al productor. Su utilización deviene una obligación en el productor para una producción amigable con el ambiente y enfocada en el cuidado de los recursos naturales para una eficientizacion de la empresa. La empresa agropecuaria comparte elementos propios de cualquier actividad empresarial, pero ostenta grandes diferencias que la hacen única por lo cual la apertura a nuevos paradigmas de desarrollo deben ser la moneda corriente para la obtención de mejores posibilidades de marcar la diferencia en el “debe” y en el “haber”.
Beneficios ambientales y sostenibilidad
Además de mejorar la productividad en términos económicos, la implementación tecnologías aplicadas en el agro argentino ha generado beneficios ambientales significativos. Hoy podemos conocer el estado de nuestro lote de modo actualizado e inteligente, podemos aplicar productos fitosanitarios de un modo preciso y conocer en detalle las condiciones meteorológicas para una pulverización en el marco de la ley. Los beneficios se multiplican en la diversidad de tecnología disponible.
La implementación de prácticas agrícolas más precisas y eficientes ha contribuido a producir con mayor eficiencia. Esto es crucial para garantizar la sostenibilidad a largo plazo del sector.
Desafíos y Barreras para la Adopción de Tecnologías
A pesar de los numerosos beneficios, la adopción de tecnologías en el agro argentino también enfrenta diversos desafíos y barreras. Entre ellos se incluyen la falta de acceso a la infraestructura y la conectividad en áreas rurales, la brecha digital entre pequeños y grandes productores, y la resistencia al cambio por parte de algunos actores del sector. Superar estos desafíos requerirá de políticas públicas adecuadas, inversiones en infraestructura y capacitación, así como una mayor conciencia sobre los beneficios de la tecnología.
El rol del Estado y la cooperación Internacional
El gobierno argentino y los organismos internacionales desempeñan un papel crucial en el fomento del uso de tecnologías en el agro. Es fundamental promover políticas públicas que trasciendan los mandatos de los gobiernos y se transformen en verdaderas políticas de Estado que incentiven la inversión en tecnología, faciliten el acceso a financiamiento para pequeños productores, y promuevan la colaboración entre el sector público y privado.
Asimismo, la cooperación internacional puede desempeñar un papel importante en la transferencia de conocimientos y tecnología, así como en el desarrollo de capacidades a nivel local. En ese contexto, es necesario advertir que desde los Estados resulta fundamental poder proporcionar acciones educativas que promuevan estas tecnologías, permitiendo difundir sus características y la adopción de una tecnología que, con su uso, permitirá el incremento de la producción, con el cuidado del ambiente y de los recursos naturales.
Producir de un modo inteligente es una responsabilidad y deber de todos los eslabones que intervienen en la gran rueda del agro en nuestro país para seguir demostrando el empuje, virtudes y avance de nuestra productividad nacional que, no solo se debe a las benéficas condiciones de los recursos naturales sino a las hombres y mujeres que forjan esta industria a cielo abierto. La incorporación de la tecnología será el puente al progreso y a la revolución del sector.
En este contexto, los gobiernos provinciales también deben hacerse eco en este análisis y participar activamente de la incorporación de tecnología en el agro. Hay muchas provincias como por ejemplo Córdoba que se encuentran a la vanguardia de estos avances y del apoyo al sector en hechos palpables como la adecuación de planes de estudios de la educación superior referida a difundir, formar y profesionalizar a los nuevos recursos humanos del sector sobre las nuevas tecnologías aplicada al agro.
Tareas para pensar. Tareas a realizar.
Para el desarrollo de la positiva y real incorporación de las nuevas tecnologías en el campo, soy de la opinión que hay que realizar diversas acciones y tareas para que no queden en solo relatos utópicos. Sin que la lista sea taxativa, puedo enumerar, por ejemplo:
1. Formar: La integración de nuevas tecnologías en el sector agrícola de Argentina demanda un proceso de formación continua para los nuevos profesionales del campo. Es fundamental que los agricultores y técnicos agrícolas adquieran habilidades en el manejo de equipos y software especializados para optimizar la producción y la gestión de recursos. Instituciones educativas y organizaciones del sector juegan un papel crucial en la creación de programas de formación adaptados a las necesidades actuales del campo argentino. El saber hacer será fundamental.
2. Informar: La información es un recurso invaluable en la adopción de nuevas tecnologías en la agricultura. La divulgación de avances tecnológicos, prácticas innovadoras y casos de éxito en el uso de herramientas digitales es esencial para mantener actualizados a los actores del sector agrícola. Medios de comunicación especializados, eventos sectoriales y plataformas en línea son canales efectivos para difundir información relevante sobre tecnología agrícola en Argentina.
3. Difundir: La difusión de conocimientos y experiencias en el ámbito de la tecnología agrícola contribuye a crear una comunidad colaborativa y enriquecedora. Es importante promover la colaboración entre productores, investigadores, empresas y entidades gubernamentales para compartir buenas prácticas, lecciones aprendidas y recursos disponibles. La creación de redes de intercambio de información facilita la adopción y adaptación de tecnologías innovadoras en diferentes contextos agrícolas de Argentina.
4. Capacitar: La capacitación adecuada es clave para garantizar el éxito en la implementación de nuevas tecnologías en el agro argentino. Los programas de capacitación deben abordar tanto aspectos técnicos como estratégicos, brindando a los participantes los conocimientos y habilidades necesarios para aprovechar al máximo las herramientas digitales disponibles. Además, es fundamental que la capacitación sea accesible y adaptada a las necesidades específicas de cada sector y región agrícola del país.
5. Debatir: El debate abierto y constructivo es fundamental para abordar los desafíos y oportunidades que surgen con la incorporación de nuevas tecnologías en el agro argentino. Espacios de diálogo, como conferencias, mesas redondas y foros de discusión, permiten a los diferentes actores del sector compartir perspectivas, plantear inquietudes y buscar soluciones colaborativas. El intercambio de ideas fomenta la innovación y contribuye al desarrollo sostenible de la agricultura en Argentina.
Conclusiones
El presente trabajo lleva como título "De la tranquera a la nube". El mismo sugiere el vínculo entre la tradición agrícola representada por la "tranquera" (puerta de acceso a un campo) y la innovación tecnológica simbolizada por "la nube". Cuando hablamos de "nube" en la tecnología actualmente, nos referimos a la computación en la nube, que es un modelo que permite acceder a servicios de computación a través de internet. En lugar de almacenar datos o ejecutar aplicaciones en un dispositivo local, como una computadora personal, todo se aloja en servidores remotos gestionados por proveedores de servicios en la nube. Esto permite a los usuarios acceder a recursos informáticos escalables y flexibles según sus necesidades, sin la necesidad de invertir en infraestructura física costosa. Ejemplos de servicios en la nube incluyen almacenamiento de datos, procesamiento de datos, aplicaciones empresariales y servicios de inteligencia artificial.
En el contexto argentino, esto implica la integración de nuevas tecnologías en el sector agrícola, como la agricultura de precisión, el uso de drones, sensores remotos y sistemas de información geográfica, que permiten una gestión más eficiente y productiva de los cultivos. El título sugiere un contraste entre lo tradicional y lo moderno, pero también una conexión que potencia el desarrollo agrícola mediante la adopción de tecnología.
El conocimiento, la implementación y la incorporación de tecnologías en el agro argentino es fundamental para aumentar la productividad, la competitividad y la sostenibilidad del sector.
Existen distintos desafíos y barreras, su adopción es esencial para garantizar un desarrollo agrícola sostenible y mejorar la calidad de vida de los productores rurales.
Es necesario continuar fomentando la innovación, la educación, la información, la difusión y la inversión en tecnología, así como promover políticas públicas que faciliten su acceso y uso en todo el país.
Estas acciones son mandatos urgentes en momentos donde es preciso producir más para el ingreso de divisas, es momentos de entender que el campo puede y sabe producir frente a crisis políticas, económicas y climáticas, pero lo podrá hacer más y mejor con la incorporación de eficiencia de la mano de la tecnología.
En el tema de la incorporación de tecnología en el agro en Argentina, aún hay varios desafíos pendientes:
A pesar de los avances, muchas zonas rurales todavía carecen de acceso confiable a internet y de infraestructura de conectividad adecuada, lo que dificulta la implementación de tecnologías como la agricultura de precisión y el monitoreo remoto.
Es necesario continuar con programas de capacitación y alfabetización digital dirigidos a los productores agrícolas para que puedan comprender y aprovechar plenamente las tecnologías disponibles.
A pesar de que las tecnologías agrícolas pueden aumentar la eficiencia y la productividad, muchas veces los altos costos de implementación y mantenimiento pueden ser prohibitivos para los agricultores, especialmente para aquellos con recursos limitados.
Existe la necesidad de desarrollar plataformas y sistemas que permitan una integración más fluida y eficiente de las diversas tecnologías agrícolas disponibles, facilitando la interoperabilidad y maximizando su potencial.
Se requiere un marco regulatorio claro y políticas públicas que fomenten la adopción de tecnologías agrícolas, así como incentivos para la inversión en investigación y desarrollo en este campo.
Si bien muchas tecnologías pueden aumentar la productividad, también es importante asegurarse de que sean sostenibles a largo plazo, minimizando el impacto ambiental y promoviendo prácticas agrícolas responsables.
Fomentar su uso es una responsabilidad de todos, conocer, saber y estudiar de que se trata, una tarea de todos.
La evolución tecnológica y la (re)evolución en el campo argentino son el presente, quien no lo comprenda, quedará en el pasado.
Ab. Prof. Pablo Andrés Figueroa
Abogado. Diplomado en Escuela de Gobierno. Diplomado en Gestión Pública y Mandos Medios. Diplomado en Poder Legislativo y Procedimiento Parlamentario. Maestrando en la Maestría en Administración Pública. Coordinador de enseñanza superior de la Tecnicatura Superior en nuevas tecnologías del agro del Instituto Superior Politécnico Córdoba. Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba. Jefe de Departamento jurídico del Ministerio de Bioagroindustria de la Provincia de Córdoba
Comments